Diego García sabe que los robots tienen alma, sabe que las máquinas se alimentan de emociones, que las matemáticas no son cuadradas y que no existen los círculos perfectos. Lo sabe, como también lo sabían Marc Moulin y Dan Lacksman de Telex o Ralf Hutter de Kraftwerk, como el Jacno más sintético o como cuando Dominique Perrier y Roger Rizzitelli se teletransportaban por el espacio a finales de los setenta.
Diego García sabe además comunicarse en sincronía con los androides que viven dentro de sus cajas para que éstos puedan producir en serie la textura y ritmos adecuados a cada sentimiento en el momento justo y así, juntos máquina y hombre, construir excepcionales melodías.
"Estela Discoidea" es para mí un disco sobresaliente. Editado en 10" por los chicos de "Sonido Muchacho" en 2012, que bien podría haber sido editado en la Bélgica o Francia de finales de los setenta o principios de los ochenta y que, en opinión, captura a la perfección parte de ese espíritu pionero de la música de síntesis pop europea.
Para escuchar del tirón, verdaderamente bueno...
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