“La aptitud latente raramente se reconoce ni se alimenta, a menos que
su portador pertenezca a la clase social adecuada o que muestre por casualidad
alguna evidencia de lo que la gente ha aprendido a considerar como talento”.
John Blacking.
Estimadas gentes asiduas al
“Fantailblog”:
Habitualmente desde esta sección se
ha venido hablando de distintos músicos. El post
de este mes no va a ser menos ya que trataremos de un músico, aunque la
ejecución melódica no fuese la habilidad por la que más destacó John Blacking, nuestro personaje de
hoy. Blacking no tocaba en ningún grupo ni nos ha dejado una colección
discográfica que el pinchadiscos de nuestra sala de baile favorita pueda
seleccionar. John Blacking (1928 – 1990) fue un destacado antropólogo durante
el siglo XX. Pero a un servidor le gusta también tratarle como músico ya que realmente
dedicó su vida a la música y, además, tocaba el piano y otros instrumentos que
podrían resultarnos algo extraños a priori. Incluso llegó a acompañar a Maurice Clare en una gira de
conciertos.
Nacido en Guildford (Surrey,
Inglaterra), pretendía convertirse en sacerdote anglicano y comenzó a
compaginar esta formación con la de piano. Hasta que, debido al contacto que
establece con los barrios marginales londinenses y el establecido con otras
culturas y religiones durante su servicio militar en Malasia, comienza a plantearse
cuestiones sobre su propia cultura y valores. Se produce entonces en él un
viraje ideológico que va del conservadurismo al socialismo y opta por cambiar el
sacerdocio por la antropología. Una vez comenzada su andadura en el mundo de la
antropología, se pone bajo la dirección del mismísimo Meyer Fortes que viendo su predisposición a lo musical, acaba
enviándolo a formarse en etnomusicología a Francia.
Blacking además de ser un gran
investigador, fue una persona bastante comprometida y esto le trajo problemas.
Cuando volvió a Malasia como consejero adjunto del gobierno, para tratar los
asuntos referentes a los aborígenes de la zona, duró solo 6 meses en el cargo
por oponerse a los planes de sacar a los aborígenes de la selva. Blacking fue
despedido por esta oposición y los planes fueron llevados a cabo a pesar de su
opinión contraria, lo que desgraciadamente provocó muchas muertes.
Durante mucho tiempo también
trabajó en África y en 1969 fue
expulsado de Sudáfrica tras ser detenido y procesado por oponerse públicamente
a las nuevas leyes del apartheid. Luego
se dedico básicamente a la docencia y la investigación.
Durante sus estancias en África
John Blacking investigó mucho sobre las culturas con las que entraba en
contacto y sobre el hecho musical que en ellas se daba. La etnomusicología se
ha visto muy enriquecida con las ideas y
teorías de Blacking que surgieron a raíz de estos contactos. Una de las épocas
en las que realizo un trabajo de campo muy intensivo fue a finales de los años
50 cuando quiso sumergirse en la cultura de los venda del norte de Transvaal.
Durante ese periodo, se dedicó a
hablar con los venda sobre música, les tocaba el piano y aprendió a tocar sus
instrumentos y a cantar sus canciones. Todo este tiempo con los venda le hizo
publicar muchas cosas. El libro “¿Hay
música en el hombre?” recoge muchas descripciones, reflexiones y teorías
acerca de los venda, de sus canciones,
de sus instrumentos y del contexto en el que se daban las ejecuciones musicales
de este pueblo. A un servidor se le hace muy curioso leer esto y ve muy
interesantes las comparaciones que el investigador realiza entre el hecho musical
en el pueblo venda y en occidente. Blacking, al comparar estas dos culturas,
percibe un fuerte contraste entre la sociedad venda en la que todos son
considerados seres musicales, (o sea, que todos están capacitados para interpretar
música) frente a la sociedad occidental, en la que da la sensación de que la
interpretación va destinada a una elite técnica. Blacking opina que en la
cultura occidental parece que una mayoría debe tornarse “amusical” para que
unos poco se vuelvan “musicales” y se pregunta como puede ocurrir que, en una
sociedad que se tiene como culturalmente más avanzada, algo general se
restrinja a una minoría. John Blacking también ve paradójico el hecho de que en
la sociedad occidental donde esta “musicalidad” está restringida a unos pocos,
se pretenda que las producciones lleguen a todo el público, con lo que inconscientemente
se da por supuesto que cualquiera tiene la capacidad musical que le permitirá
asimilar y apreciar dicha producción musical.
Pero no se piensen que leer a
Blacking solo les ofrecerá este tipo de reflexiones porque, como ya les comenté
antes, los escritos de este antropólogo, les sumergirán a ustedes en un mundo
que no dejará de sorprenderles.
¿Es legítimo creer que, por
poseer una “tecnología superior”, un pueblo es más inteligente que otro? ¿Realmente
se puede decir de una sociedad que pone coto a las capacidades de sus humanos
que está más avanzada o que ha progresado más que otra a la que esta misma considera
más “simple”? ¿Qué sería en occidente de los grandes músicos, grupos,
escritores, pintores, si el resto de personas no tuviésemos las capacidades
necesarias para apreciar o entender eso que ellos producen?
Como melómanos es maravilloso
acceder a toda la música posible, escucharla, tocarla, disfrutarla... Personas
como John Blacking nos aportan algo más, porque nos hacen ver la enorme
necesidad de pensarla.
Les saluda atentamente,
Prof. Jatobite.
Alguna información útil:
La primera imagen del post es de está web donde se pueden ver más imágenes:
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