29 septiembre 2012





“La aptitud latente raramente se reconoce ni se alimenta, a menos que su portador pertenezca a la clase social adecuada o que muestre por casualidad alguna evidencia de lo que la gente ha aprendido a considerar como talento”.
John Blacking.

 
    Estimadas gentes asiduas al “Fantailblog”:

    Habitualmente desde esta sección se ha venido hablando de distintos músicos. El post de este mes no va a ser menos ya que trataremos de un músico, aunque la ejecución melódica no fuese la habilidad por la que más destacó John Blacking, nuestro personaje de hoy. Blacking no tocaba en ningún grupo ni nos ha dejado una colección discográfica que el pinchadiscos de nuestra sala de baile favorita pueda seleccionar. John Blacking (1928 – 1990) fue un destacado antropólogo durante el siglo XX. Pero a un servidor le gusta también tratarle como músico ya que realmente dedicó su vida a la música y, además, tocaba el piano y otros instrumentos que podrían resultarnos algo extraños a priori. Incluso llegó a acompañar a Maurice Clare en una gira de conciertos.

    Nacido en Guildford (Surrey, Inglaterra), pretendía convertirse en sacerdote anglicano y comenzó a compaginar esta formación con la de piano. Hasta que, debido al contacto que establece con los barrios marginales londinenses y el establecido con otras culturas y religiones durante su servicio militar en Malasia, comienza a plantearse cuestiones sobre su propia cultura y valores. Se produce entonces en él un viraje ideológico que va del conservadurismo al socialismo y opta por cambiar el sacerdocio por la antropología. Una vez comenzada su andadura en el mundo de la antropología, se pone bajo la dirección del mismísimo Meyer Fortes que viendo su predisposición a lo musical, acaba enviándolo a formarse en etnomusicología a Francia.

    Blacking además de ser un gran investigador, fue una persona bastante comprometida y esto le trajo problemas. Cuando volvió a Malasia como consejero adjunto del gobierno, para tratar los asuntos referentes a los aborígenes de la zona, duró solo 6 meses en el cargo por oponerse a los planes de sacar a los aborígenes de la selva. Blacking fue despedido por esta oposición y los planes fueron llevados a cabo a pesar de su opinión contraria, lo que desgraciadamente provocó muchas muertes.

   Durante mucho tiempo también trabajó en África y en 1969  fue expulsado de Sudáfrica tras ser detenido y procesado por oponerse públicamente a las nuevas leyes del apartheid. Luego se dedico básicamente a la docencia y la investigación.

    Durante sus estancias en África John Blacking investigó mucho sobre las culturas con las que entraba en contacto y sobre el hecho musical que en ellas se daba. La etnomusicología se ha visto muy enriquecida  con las ideas y teorías de Blacking que surgieron a raíz de estos contactos. Una de las épocas en las que realizo un trabajo de campo muy intensivo fue a finales de los años 50 cuando quiso sumergirse en la cultura de los venda del norte de Transvaal.

 
 
 
    Durante ese periodo, se dedicó a hablar con los venda sobre música, les tocaba el piano y aprendió a tocar sus instrumentos y a cantar sus canciones. Todo este tiempo con los venda le hizo publicar muchas cosas. El libro “¿Hay música en el hombre?” recoge muchas descripciones, reflexiones y teorías acerca de los venda,  de sus canciones, de sus instrumentos y del contexto en el que se daban las ejecuciones musicales de este pueblo. A un servidor se le hace muy curioso leer esto y ve muy interesantes las comparaciones que el investigador realiza entre el hecho musical en el pueblo venda y en occidente. Blacking, al comparar estas dos culturas, percibe un fuerte contraste entre la sociedad venda en la que todos son considerados seres musicales, (o sea, que todos están capacitados para interpretar música) frente a la sociedad occidental, en la que da la sensación de que la interpretación va destinada a una elite técnica. Blacking opina que en la cultura occidental parece que una mayoría debe tornarse “amusical” para que unos poco se vuelvan “musicales” y se pregunta como puede ocurrir que, en una sociedad que se tiene como culturalmente más avanzada, algo general se restrinja a una minoría. John Blacking también ve paradójico el hecho de que en la sociedad occidental donde esta “musicalidad” está restringida a unos pocos, se pretenda que las producciones lleguen a todo el público, con lo que inconscientemente se da por supuesto que cualquiera tiene la capacidad musical que le permitirá asimilar y apreciar dicha producción musical.

Pero no se piensen que leer a Blacking solo les ofrecerá este tipo de reflexiones porque, como ya les comenté antes, los escritos de este antropólogo, les sumergirán a ustedes en un mundo que no dejará de sorprenderles. 

 























    ¿Es legítimo creer que, por poseer una “tecnología superior”, un pueblo es más inteligente que otro? ¿Realmente se puede decir de una sociedad que pone coto a las capacidades de sus humanos que está más avanzada o que ha progresado más que otra a la que esta misma considera más “simple”? ¿Qué sería en occidente de los grandes músicos, grupos, escritores, pintores, si el resto de personas no tuviésemos las capacidades necesarias para apreciar o entender eso que ellos producen?

Como melómanos es maravilloso acceder a toda la música posible, escucharla, tocarla, disfrutarla... Personas como John Blacking nos aportan algo más, porque nos hacen ver la enorme necesidad de pensarla.

Les saluda atentamente,

Prof. Jatobite.

Alguna información útil:

La primera imagen del post es de está web donde se pueden ver más imágenes:


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